martes, 26 de agosto de 2014

Luis Quintero en Paracho



El Universal, martes 26 de agosto de 2014



Sito en el noroeste del estado Michoacán, en el corazón de la Meseta Purépecha, se encuentra el Municipio de Paracho, conocido en tiempos de la Colonia como San Pedro Paracho y más tarde como Paracho de Verduzco.

Al parecer, “ Paracho” significa “ofrenda” en chichimeca. Quién sabe por qué se le denominó así en un principio, pero lo que sí está claro es que, entre las muchas cosas que puede ofrecer al mundo, hay una en particular que define al municipio y que reviste especial valor: sus guitarras artesanales.

En efecto: la elaboración de guitarras es fuente de ingresos y signo de identidad de la población: existen en la actualidad 15 fábricas y más de 400 luthiers con una dilatada experiencia en su producción artesanal.

Dicen que al llegar a Paracho, lo primero que salta a la vista son los locales repletos de estos instrumentos musicales que le han dado fama aun a nivel internacional. En el Centro para la Investigación y Desarrollo de la Guitarra opera una escuela a través de la cual se brinda apoyo profesional y gratuito a los niños que manifiestan inclinación hacia el aprendizaje del instrumento, y también funciona un Museo de la Guitarra .

No podría haber un entorno más apropiado para acoger, pues, a una de nuestras glorias nacionales, el maestro Luis Quintero, quien ofrecería una master class y un concierto, en el marco del XXXIX Festival Nacional de Guitarra Clásica Paracho 2014 que se celebró recientemente, del 3 al 8 de agosto.

El Festival, que albergaría también el XVII Concurso Nacional de Niños y Jóvenes intérpretes de Guitarra Clásica Paracho 2014 y el XXIX Concurso Nacional de Intérpretes de Guitarra Clásica, contó también con la participación del maestro Pablo Garibay, del Duo Ditirambo y de la maestra Consuelo Bolio por México; del maestro Simone Iannarelli en representación de Italia y de la maestra Bertha Rojas por parte del Paraguay.

El maestro Quintero debutó en el Carnegie Hall, cuando tenía apenas catorce años, con la Orquesta Solistas de Venezuela. Ya para entonces había deslumbrado con su presentación en el Festival Mundial de la Guitarra en Martinica, donde tuvo la oportunidad de alternar con figuras de la talla de John Williams y Alirio Díaz.

Laureado con la beca de Excelencia en las Artes concedida por la Julliard School of Music, es el único latinoamericano egresado de la Cátedra de Post-grado de Guitarra de esa institución, en donde estuvo formándose junto a la aclamada intérprete norteamericana Sharon Isbin. El hecho de que la Julliard esté reputada como la institución de educación superior con la tasa de admisión más baja de los Estados Unidos es un índice no sólo del privilegio que representa cursar estudios allí, sino también del mérito que tiene egresar de ella.


Entre los más interesantes aportes de Quintero se cuenta la grabación de una colección antológica de música para guitarra compuesta por Antonio Lauro, Rodrigo Riera, Gentil Montaña, Agustín Barrios Mangoré y Heitor Villa-Lobos, que vió la luz con la denominación de “Joyas Latinoamericanas”.

Que diversos compositores le hayan dedicado sus obras para guitarra evidencia la proyección que la ejecución de Luis Quintero ha alcanzado en el medio gracias a su precisión y calidad, así como que haya cosechado numerosos reconocimientos dentro y fuera de Venezuela.


Durante su viaje a México, Quintero también ofreció un concierto en la Fonda de San Angel, en la plaza de San Jacinto del Distrito Federal, además de visitar las ciudades de Morelia y Tlapuljahua. Allí donde va deja la impronta no solo de su excelencia musical, sino también de su calidad humana, su cercanía y sencillez, que moverían a decir al músico mexicano Rafael Elizondo: “Luis Quintero es un hombre con muchas virtudes, una de ellas, la guitarra.”

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