jueves, 16 de mayo de 2013

El Pimiento Verdi: presencia venezolana

El Universal, martes16 de abril de 2013


El próximo 10 de octubre se conmemorarán doscientos años del nacimiento del autor de óperas como Nabucco, La Traviata, Aída, o Rigoletto: Giuseppe Verdi.

Aprovechando la efeméride, Albert Boadella nos ofrece una comedia estructurada alrededor de la obra del genial compositor: El Pimiento Verdi, un juego de palabras a partir del nombre de una cadena de restaurantes españoles (Pimiento Verde).

Boadella es fundador de la compañía teatral Els Joglars, que dejara huella en Venezuela con obras como Yo tengo un tío en América.

En esta oportunidad, pone en luz los rasgos que consagraron a Verdi, en tanto se sirve de ciertos personajes para enumerar las debilidades que, tradicionalmente, han querido ver en su obra los admiradores de Wagner, de cuyo natalicio se cumplen también doscientos años el día 22 de mayo.

La acción tiene lugar en el marco de un festejo organizado por el propietario de una taberna, El Pimiento Verdi, para conmemorar el aniversario del compositor. Como parte de la celebración ha invitado a un tenor y una soprano, quienes interpretan diversos fragmentos del repertorio verdiano. Pero en el local se encuentran también algunos admiradores de Wagner, que no tardan en manifestar su desagrado. Así, del contrapunto entre unos y otros personajes, emergen las características más resaltantes de ambos autores, tanto a nivel musical como a nivel conceptual.

Boadella ya había incursionado en estas querellas teatralizadas. Prueba de ello es la obra Controversia del toro y el torero, en la que se exponen los argumentos a favor y en contra de la tauromaquia, de la que el brillante dramaturgo es, lamentablemente, apasionado.

El montaje de una obra de esta naturaleza pasa necesariamente por escoger un elenco de primerísima
Albert Boadella
calidad, que dé la talla tanto a nivel lírico, como a nivel actoral. En esta oportunidad, Boadella se sirve de Borja Mariño para acompañar al piano a los dos tenores, José Manuel Zapata y Antoni Comas, al barítono Luis Álvarez, y a las dos sopranos, María Rey-Joly y nuestra Elvia Sánchez, quien interpreta el personaje de Brunilda.

Elvia es el paradigma del venezolano que se proyecta exitosamente en el extranjero en base a su trabajo y su esfuerzo. De haber permanecido en el país, hubiera podido arrellanarse en los laureles cultivados por su padre, el tenor Alfredo Sadel. Pero ella, que en su momento se trasladó al exterior para proseguir su formación, ha preferido brillar con luz propia. Así, su voz se dejará escuchar durante este mes de abril en los Teatros del Canal en Madrid.

Si hay un campo en el que ha destacado Venezuela, es la música, sobre todo a últimas fechas, cuando se ha constatado la calidad de los frutos que produce El Sistema, tanto a nivel musical como a nivel social. En Europa, el Premio Príncipe de Asturias contribuyó a que se conociera el nivel de la actividad musical en el país. Pero mucho antes ya había quienes se habían establecido en España, emprendiendo carreras de resonancia internacional y que, por alguna extraña razón, no han recibido en su patria un reconocimiento acorde con sus méritos.

Elvia Sánchez
Mención especial merece la Agrupación Camerística Isolda, que cuenta en sus filas con cuatro venezolanos eminentes: Omar Acosta (flauta); Alison Montoya ( viola); Miguel Rosell ( violoncello,) y la extraordinaria Zoraida Avila, uno de los más destacados intérpretes del arpa a nivel mundial, avalada por una sólida formación y con una trayectoria internacional que hace que con frecuencia sea incluida en los jurados de los concursos de ejecución de este instrumento.

Una vez más, la música nos da satisfacciones: en esta oportunidad a través de Elvia y El Pimiento Verdi, una ingeniosa historia urdida para contraponer dos estilos, dos conceptos, dos visiones opuestas de la vida, expresadas en Verdi y Wagner.

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