martes, 2 de abril de 2013

Ricas Peces: mi telenovela favorita


El Universal, 2 de abril de 2013

Está empotrada en mi vida. No es la primera vez que sucede, porque esto de las redes sociales es una maravilla: a través de un amigo, accedes a alguna persona extraordinaria casi por azar.

¿Cómo explicarle que me recorrió un escalofrío la mañana en que encontré el mensaje comunicándome que había aceptado mi solicitud de amistad en el muy prosaico Facebook? ¿Cuándo envié esa solicitud? Seguro que pulsé algo accidentalmente mientras miraba una foto en la que ella aparecía. ¿Cómo decirle que nunca me hubiera atrevido a enviar esa solicitud deliberadamente? Pero ella aceptó. Y en buena hora.

Desde entonces, María Antonia Ricas Peces se ha convertido para mí en un puente hacia infinidad de cosas, muchas de las cuales seguramente no alcanzo a ver, pero allí están, recogidas en su muro, a veces sublimes, a veces irritadas, a veces cargadas de humor: obras de arte, música, reflexiones, tiras cómicas, fotografías y piezas de coleccionista. Pero de todas ellas, la que he llegado a esperar con ansiedad cada día, como el próximo episodio de una telenovela, es Camino del Angel.

Camino del Angel transcribe las sensaciones que experimenta la escritora cada mañana mientras se dirige andando hasta el centro de enseñanza donde se desempeña como maestra de Educación Primaria: El Angel.
Así como Monet se empecinaba en reportar sobre el lienzo el mismo motivo visto a diferentes horas del día y en diferentes estaciones, la señora Ricas Peces va dando cuenta de las modificaciones que percibe en la naturaleza, en la atmósfera, en el horizonte. Describe el paisaje, explora sensaciones, pensamientos… Traduce las resonancias que el entorno produce en ese otro paisaje que es la intimidad de la autora.
Al igual que Monet, Maria Antonia descifra el mismo trayecto a la luz de una mirada diferente cada día, interpretando cada cambio a su manera. Así, alguna vez, hemos podido leer: ahora vienen suaves ráfagas de pétalos rosas de los prunos de Cabrahigos. Ya cumplieron su misión y se van soltando... O en otra ocasión: La verdolaga del rodadero en la muralla, paralela (o así ) a la escalera mecánica, ha crecido muchísimo...huele verde, huele el petricor. Y huele a viernes, aunque digan que helará por ser final de febrero.

A veces son apenas unas líneas y la fotografía del horizonte toledano. O de un rincón particular. O una melodía. Episodios enumerados de manera poco prolija porque, al fin y al cabo, lo que importa no es la precisión de la cuenta. Así podemos, por ejemplo, leer CAMINO DEL ÁNGEL, treinta y tantos, o CAMINO DEL ÁNGEL, cuarenta y tres (más o menos), porque ya ha perdido la cuenta de por qué número va.
Esta mujer, aparentemente de a pie, está laureada con varios premios relevantes, entre los que cabe reseñar el Rabindranath Tagore, en 1990; el Rodrigo de Cota en 1991; el de Poesía de Castilla-La Mancha, en 1998; el Nicolás del Hierro, en 2004 y una Mención Honorífica en el XXXIV Certamen Literario Internacional del Círculo de Escritores y Poetas Iberoamericanos, en 1998. También es co-directora de la revista de poesía Hermes.

Desde el año 1975, en que presentara su primer libro, Ventana, la escritora ha sumado una veintena de publicaciones, la última de las cuales es una recopilación de poemas editada por Celya: Conectada. Porque, en contra de la imagen melancólica y abstraída que usualmente se tiene del poeta, Ricas Peces es una mujer con los pies en la tierra, que no se inhibe para indagar en los recovecos del alma humana que reacciona ante la realidad, inmediata y tangible. Así, su más reciente poemario explora el erotismo de una mujer que interactúa con su amante a través de internet, dentro de una relación que tiene lugar, precisamente, cuando está conectada.
¿Qué va a pasar cuando llegue el verano y el receso estival nos imponga su silencio? Ya se verá. Mientras tanto, yo seguiré contemplando cada día como María Antonia transforma en lujo la mañana.

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