lunes, 8 de julio de 2013

El Cretense, de Ricas-Peces

El Universal, 25 de junio de 2013


Una pequeña joya editorial vio la luz el pasado 13 de junio, cuando fuera presentado el más reciente libro de María Antonia Ricas Peces, El Cretense, que recopila 19 poemas vinculados de alguna manera a otras tantas obras del Greco, emblemática figura de la llamada Ciudad de las Tres Culturas. Se trata, en ciertos casos, de reflexiones inspiradas por alguna de las pinturas del artista; en otros, de la expresión de sentimientos relacionados con el título o el contenido de alguno de sus cuadros.

La presentación del libro se anticipa así a las actividades que tendrán lugar en Toledo con motivo del IV Centenario del fallecimiento del pintor, a conmemorarse en abril de 2014.

El Cretense destaca por su edición, a cargo de Celya, que ya ha publicado otras obras de la autora. Pasta dura, papel recubierto, cinta de raso azul y una impresión óptima son las señas de identidad de una encuadernación que refleja el esmero con que se ha preparado el libro: un continente tan bello y sobrio como los poemas que aloja.

Pablo Sanguino, connotado artista y persona muy querida en el seno de la sociedad toledana, es el autor de las once ilustraciones que se intercalan en el texto.

Ricas Peces tiene una trayectoria jalonada de reconocimientos que respaldan su quehacer poético, pero nada mejor que su propia obra para dar cuenta de una sensibilidad que, estimulada por la realidad circundante, revierte en un caudal de belleza que encuentra en la palabra el medio propicio para fluir y comunicarse.

El Cretense es el decimoctavo libro que publica la autora, esta vez espoleada por la omnipresencia de las obras de Theotokópoulos a lo largo de su vida: recuerdos de infancia, cargados de un halo de penumbra y misterio; el redescubrimiento gozoso de la obra restaurada del artista; la experiencia compartida junto con sus alumnos frente a la Inmaculada… hitos que han dejado una huella que se traduce en sus poemas. Así, transitan por su obra destellos de la pérdida de su padre; la melancolía compartida de un adiós al amparo de las manos que se encuentran en La Visitación; la gravosa quietud del inquisidor Juan Pardo de Tavera, fallecido.

El poemario, con vocación de libro de arte, se presentó en el Museo del Greco. No hubiera podido haber mejor enclave para lo que constituye el personal homenaje que tributa la escritora al genial pintor manierista.

Si bien El Greco es un personaje indisolublemente ligado a la ciudad de Toledo y a la vida de cualquier toledano, Ricas Peces traduce lo que es su experiencia internalizada del artista. Familiarizada con la producción del pintor desde temprana edad, comenzó a gestar la obra a partir de una visita a la exposición El Greco. Toledo, 1900, presentada en el convento de Santa Fe en el año 2009. Desde entonces ha venido hilando los diecinueve poemas que se recogen en un libro bello hasta en su colofón: En un 25 de marzo, con lo sauces peinándose, y las prímulas envenenando de placer, con Ricardo“Corazón de León” paseándose sin su cota de malla alrededor del Castillo de Châlus, y un corazón secreto ansiando el aliento de otros labios, acabó de imprimirse este libro, porque El Greco regresa entre los dedos atentos al tacto y hay un Momento Doménico en cada parpadeo de quien sabe mirar.

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