Hace algunos meses el periodista Juan cruz me sorprendió titulando uno de sus artículos con una frase tan de perogrullo cuanto profunda: “los autores extranjeros no escriben en español”
La sencilla aseveración entrañaba, sin embargo, una serie de resonancias. Yo no hablo ruso. Puedo estremecerme leyendo Crímen y Castigo porque alguien la tradujo. Y si la lectura resulta conmovedora es porque alguien supo escoger las palabras para transmitir la historia que Dostoievski quiso contar y de la manera que quiso contarla. Nos deshacemos en elogios para un autor al que, de no ser por el traductor, no hubiéramos podido acceder.
El traductor es nuestro salvoconducto hacia todos los escritores cuyas lenguas no conocemos. De él depende que una obra se vea o no desestimada, y una mala traducción puede destruir la urdimbre del lenguaje, la belleza de las emociones… La historia permanece, pero la manera de comunicarla se puede ver seriamente afectada. No en balde los italianos aseveran “traduttore, tradittore” (traductor, traidor)
Esto bien vale para la literatura, pero otro tanto sucede en el campo del séptimo arte: un buen doblaje puede edificar o destruir a un personaje.
Nadie mejor que Carlos Ysbert para darnos razón de los entresijos del proceso. No sólo ha sido él mismo actor de doblaje durante muchos años, sino que conoce bien las otras facetas de esta actividad, tanto por su experiencia adaptando guiones, como por su desempeño en ADOMA, la Asociación de Actores de Doblaje de Madrid, de la cual fuera presidente.
En Ysbert se compendian las más diversas cualidades: su cortesía, su sentido del humor y su conversación inteligente hacen de él un personaje mitad playboy y mitad padre de familia. Su bien modulada voz va dando cuenta de los pormenores del doblaje con una dicción impecable, tan limpia, que a menudo le han reprochado el contraste entre su modo de hablar y el de los otros actores.
Carlos, así como otros de sus hermanos, forma parte de una saga actoral en la que destacan su abuelo, José Ysbert, y su madre, María Ysbert. Habiendo transcurrido toda su vida en el medio, puede efectuar una valoración de los aspectos relevantes en el proceso de traducir un material originalmente producido en otra lengua.
La importancia de la formación es decisiva para el actor de doblaje, explica. Para decidir quién ha de doblar a un personaje, se deben tomar en cuenta más las capacidades interpretativas que el hecho de que la voz sea similar a la del actor original. Es preciso ser capaz de comunicar las emociones que el personaje experimenta. Y si esto vale para el doblaje de personas, es tanto o más necesario en el caso de dibujos animados.
Cuando se trata de seres humanos, el espectador recibe muchas pistas a través de las expresiones faciales, los ademanes, la gesticulación del actor. La voz apoya y complementa ese trabajo. Pero en el caso de los dibujos animados, la casi totalidad de la psicología del personaje viene dada por la voz, dice Ysbert. Este es un tema en el que puede opinar con particular propiedad, puesto que desde hace doce años, cuando falleciera Carlos Revilla, es quien presta su voz al popular Homer Simpsom.
Carlos tuvo que sobreponerse a muchas vacilaciones antes de asumir el reto de poner voz a Homer. Pensaba en la dificultad de sustituir a un actor de la talla de su predecesor y, sobre todo, era consciente del rechazo que podía generar en el espectador el escuchar al personaje hablando con una voz diferente a la que estaba acostumbrado a oír. Sin embargo, Carlos salió adelante con éxito, sin despertar ningún tipo de reticencia en el público. Al principio procuraba mantenerse en la línea que había impreso al personaje Carlos Revilla, pero poco a poco fue flexibilizándose, consciente de que el ceñirse a ese patrón le restaba una espontaneidad que interfería con la expresividad necesaria para crear el personaje.
El doblaje se efectúa a partir de pequeños segmentos. Una vez se realiza la traducción del material original, es preciso emprender una tarea de adaptación que permita expresar las ideas en el mismo tiempo que utilizan los actores para comunicarlas. Por término general, una frase requiere en español el doble de sílabas de las que se emplean en inglés. Ello hace necesario buscar la manera de manifestar lo mismo con la mitad de las palabras, para lograr la sincronización con la imagen. A menudo, una adaptación ofrece dos o tres frases alternativas para escoger cuál coincide mejor con los gestos y el tiempo disponible. De allí la dificultad de este proceso, que involucra un verdadero trabajo de síntesis.
Dependiendo del encuadre, es factible añadir algunas pocas sílabas antes o después de lo que dicta la grabación original; en los primeros planos es imposible hacerlo.
Actualmente tiende a grabarse en bandas o canales, aunque no siempre. Este procedimiento permite que, si hay que sustituir a algún actor, o se daña algún fragmento, pueda reconstruirse sólo esa banda, sin que se pierda el conjunto que incluye a todos los demás actores.
Esta modalidad, si bien ofrece al actor alguna dificultad al no contar con la intervención de interlocutores que ritmen su respuesta, evita que tenga que permanecer en el estudio a lo largo de todo el doblaje, a veces para decir apenas tres o cuatro frases. Sin embargo, en algunos trabajos, que tienen que ser muy expresivos, se sigue grabando en grupo, para “calentar” la interacción entre unos y otros personajes.
Capítulo aparte merece un nuevo rubro en el campo del doblaje: los videojuegos. Explica Ysbert la dificultad que reviste este tipo de trabajo, en el que cada personaje exclama, grita jadea…. Formas de expresión que lastiman la garganta y resultan agotadoras, lo que impone un ritmo a la grabación que depende de la resistencia física del actor que está doblando.
Con respecto a los aspectos gremiales, Carlos ha dejado la presidencia de ADOMA y señala que en estos momentos se está tramitando lo que habrá de ser el nuevo Convenio Colectivo. El anterior, que se aplica desde hace más de 20 años, no sólo resulta obsoleto, sino que puede perder su vigencia próximamente por efecto de la aplicación de la Reforma Laboral del actual Gobierno
El sector del doblaje en España arrastra no pocos problemas, explica Carlos. La creación de una federación a nivel estatal, FEPRODO, debería contribuir a evitar los abusos e incumplimientos que padece la parte social desde hace ya muchos años en todo el territorio nacional.
El actor explica: el convenio se ha negociado entre las empresas de sonido y los trabajadores del sector. Ello ha ocasionado que tanto los mayors, verdaderos propietarios del producto, como los exhibidores (canales de televisión) hayan permanecido al margen, pero ejerciendo presión sobre las empresas de sonido. Estas últimas se han visto incapaces de mantener los precios mínimos del mercado debido a las constantes presiones a la baja y a la feroz competencia que se han hecho entre ellas. A esta situación se suma la desigual competencia que representan, para quienes realizan doblajes en castellano, las empresas de algunas Comunidades Autónomas, al disfrutar de subvenciones para realizar doblajes en sus respectivas lenguas comunitarias.
Esto ha ocasionado no pocos cierres de empresas, precisamente el de aquellas que intentaban mantener las mejores condiciones en la parte social, y que finalmente se han visto impotentes para competir con las empresas que ofertaban precios más bajos a costa de saltarse los mínimos que establecían los distintos convenios, tanto en la parte artística como de la técnica.
Como consecuencia de esta situación, hoy en día los precios del mercado de doblaje en España son los de hace veinte años, es decir, cinco veces menores que los de Francia o Alemania, lo cual no está en absoluto justificado si pensamos que los clientes y los productos son muchas veces los mismos, y sus mercados (Francia o Alemania) no son de ninguna manera cinco veces más grandes que el mercado español, señala Ysbert.
Esta bajada de precios influye de manera clarísima tanto en la calidad de las traducciones como en doblaje, siendo cada vez más difícil mantener la histórica fama que ha tenido siempre España en este rubro.
Este veterano actor se mantiene permanentemente activo. Sus cualidades histriónicas y su profesionalidad hacen que sea requerido para infinidad de actividades. Recientemente ha recibido varias propuestas para hacer radio y, concretamente, para realizar un programa en vivo sobre teatro. Este proyecto entusiasma a Carlos, quien, sin embargo, se ve obligado a restringirse a las tareas que ya tiene entre manos por razones de tiempo, sin perder la esperanza de que en un futuro pueda acometer otras empresas igualmente satisfactorias.
Mientras tanto, su público seguirá disfrutándolo, a sabiendas o no, cuando lo escuche en otros personajes, o cuando lo encuentre con voz propia.
Estupendo artículo, documentado, serio, completo y además ameno.
ResponderEliminarHace pensar en aquellos "anónimos" que nos hacen posible abordar el cine otras lenguas y en quienes habitualmente no reparamos.
Muchas gracias y enhorabuena a Linda D'Ambrosio por compartir la valía de este personaje.
¡Enhorabuena a Carlos Ysbert!
Muchísimas gracias, Zoraida. Gracias además por propiciar este encuentro!
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