El sábado 23 de noviembre, en la Sala José Félix Ribas del Teatro Teresa Carreño, un jurado de primerísimo orden integrado por Juan Carlos Núñez, Gerardo Gerulewicz, Luis Ochoa, Chuchito Sanoja y Leonardo Lozano dio a conocer su veredicto. Las piezas “Concierto Típico” de Ricardo Escorcio, en la categoría de obra para cuatro y orquesta típica; “Cuatro x cuatro”, de Pedro Mauricio González, en la categoría de obra para cuatro solista, y “Mi cuatro enamorado”, de Lula Pereira Méndez, en la categoría de canción sobre el cuatro venezolano, fueron seleccionadas entre catorce composiciones inéditas que optaban a distinguirse en cinco categorías diferentes, dos de las cuales resultaron desiertas.
Declarado recientemente “Bien de interés cultural de la Nación”, nuestro cuatro se ha entendido tradicionalmente como un acompañante armónico-rítmico, omnipresente en el ámbito folclórico, que se toca rasgueando las cuerdas con la mano derecha, mientras se hacen los acordes con la izquierda. Sin embargo, la música del período en que este instrumento arribaría a Venezuela -- al parecer en el siglo XVI, a través de Coro-- hace pensar que había sido concebido para tocarse punteando.
Ya Fredy Reyna había percibido la semejanza entre la afinación de
la guitarra renacentista, también de cuatro órdenes, y la afinación del cuatro venezolano tal y como él la planteaba (sol do mi la), lo que posibilitaba la interpretación del vastísimo repertorio compuesto para este instrumento y para vihuela entre 1546 y 1554.
Si bien la ejecución del cuatro se ha desarrollado en manos de artistas como Enio Escauriza, Hernán Gamboa, Cheo Hurtado y, por supuesto Fredy Reyna, a última fecha su consolidación como solista llega de la mano de Leonardo Lozano, quien ha logrado afianzar el status académico del instrumento.
Este excepcional intérprete es, en efecto, el creador de la primera cátedra académica de cuatro solista, tanto en el Conservatorio Nacional de Música “Juan José Landaeta”, como en la Escuela de Música “Manuel Alberto López”.
Concertista, compositor, arreglista y docente, Leonardo Lozano egresó como profesor ejecutante de guitarra del Conservatorio “Juan José Landaeta”, y es Licenciado en Artes, mención Música, grado que obtuvo en la Universidad Central de Venezuela haciéndose acreedor de todos los honores.
Leonardo Lozano entrevió clara su misión: resultaba evidente la necesidad de ir conformando un repertorio escrito que le diera solidez académica al instrumento. Y así, se ha empleado en la
creación de este repertorio, no sólo a través de las transcripciones que ha realizado, sino también a través del considerable número de obras de cámara que ha compuesto para cuatro y piano, interpretándolas con figuras de la talla de Juan Carlos Muñoz, Simón Molina, Abraham Abreu, Coromoto Ramírez, Mariana Zayas (en Argentina) y Sophia Valliant (en Francia).
En abril del 2000 se estrenó su “Passacaglia”, concierto para cuatro y orquesta, y ese mismo año vio la luz la música incidental que compuso para la obra de teatro “El Caballero de Pogolotti”, del autor cubano Héctor Quintero.
Destaca entre sus composiciones la obra "Antología venezolana con chipola", escrita para la orquesta "Virtuosi de Caracas" a solicitud de su director, Jaime Martínez y estrenada en 2005.
La primera grabación monográfica, a nivel mundial, de la música para guitarra renacentista de cuatro órdenes (caída en el olvido durante siglos) fue realizada por Lozano en el año 2002, empleando el cuatro venezolano, tres años antes de que el especialista en música antigua Michael Craddock efectuara una segunda grabación, en la que sí empleó la guitarra de cuatro órdenes.
El disco "Cuatro en la Música Renacentista" fue producido en Venezuela por la Fundación Ichiban y se vende en Japón desde el mismo año 2002.
Leonardo Lozano ha sido un excelente embajador musical de nuestro país, desplegando su talento en diversos puntos de Ecuador, Estados Unidos, Chile, Austria, Italia, Argentina, Inglaterra, Colombia, Suiza, Brasil, Alemania y Chequia. Además de la cátedra en el Conservatorio "Juan José Landaeta", en la actualidad desempeña tareas docentes en la Universidad Arturo Michelena, de la que es fundador y asesor, y en la escuela de música "Sebastián Echeverría Lozano" de Valencia, mientras prosigue con la investigación e interpretación de nuestro cuatro. En breve verá la luz su disco "Que llueva, que llueva. La Música infantil en Venezuela”.
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