Inspirada por la doctrina mercantilista, que cifraba el poder en la posesión de metales preciosos, la Corona española vio realizadas sus aspiraciones en los nuevos dominios de ultramar que habrían de proveerle oro y plata.
La colonización de Venezuela, bajo la jurisdicción del Virreinato de Nueva Granada hasta 1742, comenzó por el extremo oriental del territorio, en donde las perlas suplirían la ausencia de los metales preciosos que los conquistadores no lograron encontrar pese a las referencias al mítico Dorado. Agotada la producción perlífera, la agricultura pasaría a ser la actividad predominante, entre cuyos frutos destacaba, por su excelente calidad, el cacao, cuya comercialización estaría monopolizada por la Compañía Guipuzcoana hasta 1785.
La admirable naturaleza de la semilla venezolana ocasionó una creciente demanda en Europa, en virtud de la cual se desarrolló un grupo económicamente poderoso integrado por cosecheros y comerciantes criollos, que llegaron incluso a adquirir títulos nobiliarios entre los siglos XVII y XVIII. Fueron los llamados grandes cacaos, por alusión al origen de su fortuna: una aristocracia que se extinguiría con la disminución del comercio del producto y las guerras de Independencia.
No obstante, el cacao perviviría como producto emblemático de la agricultura venezolana. La Cámara
Venezolana del Cacao señala cómo en las últimas décadas del siglo XIX resurgiría el cultivo en la zona de Paria generando prosperidad, asociado a nuevos adelantos industriales y a un sistema de transporte regular y seguro que trajeron consigo los inmigrantes europeos que se instalaron en la región. Los cacaos parianos, entre los que destacarían los de la firma comercial Franceschi & Cia., constaban como de excelente calidad. Pero la calificación de “mejor cacao del mundo” ha correspondido tradicionalmente al proveniente de Chuao, al parecer por las condiciones de temperatura y pluviosidad del valle.
La edición de los International Chocolate Awards de 2012 concedió la medalla de oro al chocolate blanco de El Rey, calificándolo como el mejor entre más de cien finalistas escogidos entre seiscientos participantes.
La Chocopaedia mantiene en su página web una lista de los diez mejores chocolates del mundo. Puede verificarse cómo la mayor parte de los productos de esa valoración están elaborados a partir de distintos cacaos venezolanos, incluyendo la variedad Porcelana, en el chocolate El Pedregal, de Valrhona, y en el Cuyagua, de Pralus, así como la variedad Criollo en el Chuao, de Chapon.
Entre los días 28 y 30 de junio tendrá lugar, en el Teatro Teresa Carreño, la primera Expo-Feria Internacional del Chocolate, auspiciada por la Fundación Nuestra Tierra. Los asistentes tendrán la oportunidad de comprar y degustar diferentes productos, constatando el auge que tiene la actividad cacaotera y chocolatera en el país. Una iniciativa para celebrar, porque en medio de tantos baches, es preciso reconocer los aspectos positivos de nuestra producción y disfrutar de nuestros logros. Después de todo, tenemos un gran cacao.