(El Universal, martes 22 de mayo, 2012)
Concebido en
Egipto unos quinientos años antes de Cristo, el sistema, que permite
efectuar cálculos a partir
de bolitas ensartadas en distintos alambres, ha sufrido diversas
modificaciones, dando origen al Saun-pan
chino, al Soroban japonés o al s´choti ruso. Tal y como lo conocemos en la
actualidad, comprende diez columnas con dos bolitas en la parte superior y
cinco en la parte inferior.
Estudios
desarrollados por la Sociedad China de Investigación Práctica del Ábaco y la Asociación de Aritmética
Mental de Taiwán, sugieren que la utilización de este instrumento tiene una
favorable influencia en el desarrollo de la creatividad, la imaginación, el
pensamiento holístico y la transmisión de la información, capacidades todas
ellas asociadas al
hemisferio derecho del cerebro.
En efecto, a partir del 2008 ha venido implementándose en distintos países el programa basado en el Concepto Universal del Sistema de Aritmética Mental, conocido como UCMAS, por sus siglas en inglés. Este método, enfocado fundamentalmente en niños de edades comprendidas entre los cinco y los trece años, se desarrolla a lo largo de unos ocho trimestres, empleando unas dos horas por semana, y se basa sencillamente en la resolución de operaciones aritméticas a través del ábaco, con una precisión y rapidez semejantes a las empleadas en hacerlo con lápiz y papel. Su auge ha permitido que se inserte como parte del currículum ordinario de los estudiantes, pero también ha comenzado a ofrecerse como actividad extra-escolar.
En efecto, a partir del 2008 ha venido implementándose en distintos países el programa basado en el Concepto Universal del Sistema de Aritmética Mental, conocido como UCMAS, por sus siglas en inglés. Este método, enfocado fundamentalmente en niños de edades comprendidas entre los cinco y los trece años, se desarrolla a lo largo de unos ocho trimestres, empleando unas dos horas por semana, y se basa sencillamente en la resolución de operaciones aritméticas a través del ábaco, con una precisión y rapidez semejantes a las empleadas en hacerlo con lápiz y papel. Su auge ha permitido que se inserte como parte del currículum ordinario de los estudiantes, pero también ha comenzado a ofrecerse como actividad extra-escolar.
El empleo del
ábaco demuestra ser muy eficaz para el aprendizaje del cálculo, pero reporta infinidad de beneficios
adicionales, entre los que
se cuentan el desarrollo de
la memoria auditiva, que se ejercita cuando se retienen las operaciones que va
indicando el profesor en voz alta, la habilidad para la resolución de
problemas, el aumento de la concentración y la atención, así como el incremento
de la capacidad de visualizar, de “pensar en imágenes”, que tiene lugar cuando en cierta etapa del método se
suprime el ábaco físico y el estudiante comienza
a efectuar las operaciones a partir de representaciones imaginarias.
Es verdad que la aplicación de este método suone la necesidad de personal entrenado, y que resulta deseable la participación activa de los padres en la práctica de las operaciones, con una inversión de tiempo y energía que no siempre es posible, pero los beneficios que genera compensan con creces el esfuerzo.
El ábaco es ligero, pequeño, manipulable. Su costo resulta accesible y no requiere de electricidad u otras fuentes de energía, lo que permite su empleo en cualquier lugar. Puede ser utilizado por personas con disminución visual y favorece la destreza manual.
Cada recurso didáctico tiene su propósito específico, un momento oportuno para ser empleado y genera unos resultados particulares. pero, si se parte del principio de que la educación debería procurar, ante todo, el feliz desenvolvimiento del indiciduo en su medio, lo cual a su vez demanda una contínua adaptación, esto es, un continuo aprendizaje, deberían aprovecharse todas las estrategias que, como el ábaco y el ajedrez, desarrollan los procesos de pensamiento que eprmiten acceder a la información y organizarla, y que, ocasionando menos erogaciones que otros materiales educativos, contribuyen a mejorar el rendimiento escolar.
Es verdad que la aplicación de este método suone la necesidad de personal entrenado, y que resulta deseable la participación activa de los padres en la práctica de las operaciones, con una inversión de tiempo y energía que no siempre es posible, pero los beneficios que genera compensan con creces el esfuerzo.
El ábaco es ligero, pequeño, manipulable. Su costo resulta accesible y no requiere de electricidad u otras fuentes de energía, lo que permite su empleo en cualquier lugar. Puede ser utilizado por personas con disminución visual y favorece la destreza manual.
Cada recurso didáctico tiene su propósito específico, un momento oportuno para ser empleado y genera unos resultados particulares. pero, si se parte del principio de que la educación debería procurar, ante todo, el feliz desenvolvimiento del indiciduo en su medio, lo cual a su vez demanda una contínua adaptación, esto es, un continuo aprendizaje, deberían aprovecharse todas las estrategias que, como el ábaco y el ajedrez, desarrollan los procesos de pensamiento que eprmiten acceder a la información y organizarla, y que, ocasionando menos erogaciones que otros materiales educativos, contribuyen a mejorar el rendimiento escolar.
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