(En: Enciclopedia de Venezuela. Editorial Globe, Caracas, Tomo 8)
Los museos, aunque constituyen decisivos soportes en la canalización del tiempo libre de los ciudadanos y en el desarrollo de la industria turística de un país, se distinguen por dos elementos fundamentales que les confieren relevancia: las colecciones o patrimonios de interés colectivo, cuya custodia y preservación les han sido confiadas, y la orientación educativa que determina sus actividades y su propia existencia.
Ese carácter educativo del museo se expresa sobre todo en dos sentidos: el primero, relacionado con la información concerniente a las piezas de su colección o de otras que albergare provisionalmente con motivo de exposiciones y eventos didácticos; el segundo, relacionado con el crecimiento personal del espectador, quien tiende a afirmarse corno ser humano y como miembro de un grupo que comparte una cultura.
Es precisamente esta cualidad educativa la que determina desde sus orígenes al primer museo venezolano, surgido, a la inversa de los de otros países, no de la necesidad de alojar un patrimonio pre-existente, sino de la urgencia por formar un conjunto de objetos naturales y culturales, destinados tanto a quienes se formaban en el campo de las artes como a los estudiosos de las ciencias.
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Martín Tovar y Tovar |
Ya en 1852 Antonio José Carranza había emprendido !a tarea de reunir en Caracas algunas obras de arte para un futuro museo, que existiría como extensión de la Academia de Bellas Artes que él dirigía. Para apoyar esa iniciativa, en 1856, el Presidente de la República, José Tadeo Monagas, encarga al pintor Martín Tovar y Tovar realizar en diferentes instituciones de Europa copias de obras seleccionadas, las cuales habrían de integrar el patrimonio del anhelado museo, cuya creación, sin embargo, no se formalizará sino en 1877, cuando el presidente Francisco Linares Alcántara crea el Instituto Nacional de Bellas Artes.
Ese instituto, que agrupaba las academias de dibujo y pintura, escultura y música, estaba dirigido por Ramón de la Plaza, quien solicitó al ministro de Instrucción Pública la creación de una galería, para la cual habían podido ya reunirse cerca de sesenta cuadros al óleo y sesenta modelos de escultura. El propósito fundamental de dicha galería, emplazada en el edificio de la Universidad Central, era apoyar la enseñanza de las academias de artes plásticas, aunque podía ser visitada ocasionalmente por quienes se interesasen en el arte.
Sin embargo, el espíritu positivista, que estimulaba el progreso técnico-científico en esa época, favorece el que, el 28 de octubre de 1875, dos años antes de fundarse el Instituto Nacional de Bellas Artes, sea creado el Museo Nacional, destinado a apoyar la enseñanza de las ciencias. Primer centro museístico de Venezuela, el Museo Nacional, anexo a la Cátedra de Historia Natural, dirigida por Adolf Ernst, incluye dos secciones: la de Historia Natural y la de Etnografía e Historia.
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James Mudie Spence |
La primera exhibición de arte realizada en Venezuela no corresponde a una institución oficial, sino a una iniciativa privada: el día 28 de julio de 1872 se inaugura la Exposición del
Café del Avila, que James Mudie Spence, comerciante inglés radicado en Venezuela entre 1871 y 1872, organiza para exhibir la colección de obras adquiridas por él durante su permanencia en el país.
Conformada por 300 obras, la exposición daba cuenta de la actividad plástica y fotográfica desarrollada en Venezuela durante aquellos años. En el catalogo de la misma, el propio Spence certifica que la del
Café del Avila sería la primera exposición presentada en el país:
Supe que no había habido nunca una exposición de esta naturaleza en la capital., señala. Así mismo, cómo ya existían para entonces diversos coleccionistas en Caracas, y como hubo concertación de voluntades en torno a un evento que debía estimular la producción artística en la ciudad, algunos otros "amigos del arte" se desprendieron de sus tesoros para aumentar el interés de una exposición que debía tener como fin el estimular el talento artístico en la República: "La colección demostró que, a pesar de la negligencia que hasta entonces se había mostrado por las Bellas Artes en la República, existía realmente un talento innato, que lo único que necesitaba era desarrollarse para proporcionar honores a la nación."
La siguiente exhibición se inauguraría en Caracas el 2 de agosto de 1883, en el contexto de los actos conmemorativos del centenario del nacimiento del Libertador. La llamada
Exposición Nacional, que reunía productos agrícolas, industriales, científicos, literarios y artísticos, tiene lugar en el Palacio de Artes e Industrias Nacionales, que había sido construido en la esquina de la Bolsa como sede del Museo Nacional. Allí se había destinado un espacio -el Salón de Bellas Artes- a las obras que conformaban la colección del museo del Instituto Nacional de Bellas Artes.
Resulta indudable el impulso que reciben las artes durante los tres períodos de gobierno de Guzmán Blanco:--el
Septenio (1870-1877), el
Quinquenio (1879-1884) y la
Aclamación (1880-1888)- cuando el "Pacificador", sea en forma directa, sea a través de los presidentes en quienes delegaba el poder, estimula la actividad cultural y patrocina la organización de eventos como los señalados.
De 1909 a 1912 circula la Gaceta de los Museos Nacionales, cuyo propósito era informar a la colectividad sobre las actividades de los museos y otras entidades relacionadas con el patrimonio cultural de la nación.
Durante esta primera década del siglo xx surgen diversos museos en el interior del país. En 1909 se decreta en Mérida la creación del Museo de Historia Natural de la Universidad de Los Andes, gracias al impulso de Caracciolo Parra León, Rector de esa casa de estudios. Este museo llegó a contar con una valiosa colección de plantas medicinales, formada y documentada por su propio director, el francés P. HG. Burgoin.
También en 1909, el obispo Antonio Ramón Silva decreta la creación del Museo Diocesano de Mérida, que debería ser inaugurado el 5 de julio de 1911. La colección, dividida en dos partes, una concerniente a los objetos y productos nacionales, y otra a los extranjeros, comprendía cuatro secciones: Botánica, Zoología, Mineralogía e Historia.
El 28 de marzo de 1911, el presidente de la República, Juan Vicente Gómez, decreta la creación del Museo Boliviano con motivo del Centenario de la Independencia. Las reliquias del Padre de la Patria habían venido, desde la Exposición Nacional de 1883, exhibiéndose en uno de los salones del Palacio de Artes e Industrias, pero en 1900, debido a las precarias condiciones en que se hallaba aquella construcción después del terremo to de ese año, fue necesario trasladarlas al Banco de Venezuela. Allí permanecerían hasta su traslado al edificio que había ocupado la Biblioteca Nacional, al que se efectuarían todas las reparaciones y modificaciones que requería el nuevo fin a que se lo destinaba.
En 1917 se funda el Museo de Bellas Artes, al que se asigna un conjunto de salas adyacentes al antiguo Museo Nacional, que desde 1893 se había transformado en Instituto Nacional. Formarían el patrimonio del nuevo museo las obras pertenecientes a la colección de! Instituto Nacional de Bellas Artes y las que se adquiriesen en lo sucesivo. Según Iris Peruga, autora de una acuciosa investi gación sobre el surgimiento y devenir del Museo de Bellas Artes, en la fundación de ese centro museístico ha debido de influir Felipe Guevara Rojas, ministro de Instrucción Pública, quien ya en 1916 había expuesto la necesidad de que se siguiera un plan metódico de aumento y selección de las obras que se alojaban en el Palacio de Artes e Industrias.
El Museo de Bellas Artes funciona en las salas de la Universidad Central de Venezuela entre el 19 de octubre de 1918, día de su inauguración, y 1932, cuando el inicio de los trabajos de repara ción del vetusto edificio conventual obliga a tras ladar las obras a diversas instituciones, entre otras, el Colegio Chávez, la Academia de Bellas Artes y la -Casa Amarilla-. Allí permanecen hasta Febrero de 1938, fecha en que el Presidente de la Repúbli ca, Eleazar López Contreras, inaugura la nueva se de en el Parque Sucre del sector Los Caobos, cuya construcción había sido decretada en julio de 1935 por el presidente Juan Vicente Gómez,
Desde su fundación en 1917, el Museo de Bellas Artes, el Instituto Nacional (antiguo Museo Nacional) y el Museo Bolivariano (antiguo Museo Boliviano) conformaban una entidad denominada Museos Nacionales, cuya dirección corría a cargo del danés Christian Witzke desde el 13 de diciembre de 1917. La primera normativa que rige a estos museos se encuentra en el Reglamento de los Museos Nacionales, aparecido en la Gaceta Oficial del 2ó de noviembre de 1924.
Dicho reglamento establecía un solo Director General y una única junta de Inspección y Fomento para los tres museos, situación que persiste has ta el 2 de diciembre de 1940, cuando un nuevo reglamento estatuye directores y juntas diferentes para cada institución. El 24 de julio de ese mismo año se inaugura el Museo de Ciencias Naturales, que otrora fuera Instituto Nacional, adyacente al Museo de Bellas Artes, en la zona aledaña al Parque Sucre de Los Caobos. El patrimonio del Museo de Ciencias Naturales cuenta, entre otras, con una colección arqueológica que incluye piezas de cerámica, lítica, cráneos y otros restos óseos relacionados con la etnografía venezolana, así como con diversas colecciones zoológicas.
En 1919 se funda el Museo de Nueva Cádiz de La Asunción, en el estado Nueva Esparta, y un año después se crea el Museo de Historia Natural -La Salle-, en el estado Lara, cuya colección sería cedida en comodato, en 1982, al recién creado Museo de Barquisirneto, Este último se ha caracterizado por su estrecho y permanente contacto con la comunidad en que está inmerso y por la continua investigación que promueve y desarrolla sobre las artes del fuego, tradicionales en el estado Lara.
De 1921 a 1933 funciona, entre las esquinas de Monjas y Principal, el Museo Comercial, adscrito a la Dirección de Política Comercial del ministerio de Relaciones Exteriores. Bajo la conducción de Henri Pittier, este museo asume como propósito recolectar y exhibir los productos naturales e industriales del país, estudiándolos científicamente para obtener datos que ayudasen a mejorar su explotación y aprovechamiento.
Desde mediados de la década del 60 ha crecido en Venezuela, al principio con lentitud, luego de modo muy rápido, el número de las entidades museísticas. En 1987 se crea oficialmente, dentro de la estructura organizativa del CONAC, la Dirección de Museos. Al año siguiente, esta Dirección realizó una investigación destinada a estudiar con cuáles recursos financieros y humanos contaban los museos del país, cuál era su funcionamiento y cuáles los programas dirigidos al público. Pudo determinarse así que para entonces había 139 organismos que respondían a la descripción que de un museo brinda el Consejo Internacional de Museos, a saber: una institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierta al público, orientada a adquirir, conservar, investigar, comunicar y exhibir, para fines de estudio, educación y deleite, testimonios materiales del hombre y su entorno. En términos generales, pueden considerarse como museos los monumentos naturales, arqueológicos, etnográficos e históricos, los jardines botánicos y zoológicos, las reservas naturales y los planetarios y centros de ciencias.
De entre los 160 museos existentes en Venezuela para 1995, algunos merecen especial atención por la trascendencia de su actividad y por la envergadura de las obras que albergan, por más que la pretensión de realizar una revisión general en este campo encierre el riesgo de cometer injustas aunque inevitables exclusiones.
El 1 de octubre de 1969 se inaugura el Museo de Arte Moderno de Mérida, primera entidad de su tipo creada en una ciudad del interior de Venezuela. Su colección constaba para entonces con 90 obras, 20 de las cuales habían sido cedidas por el Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes. El crecimiento de su patrimonio, que se eleva hoy a más de 300 piezas de todos los géneros, incluyendo dibujo y gráfica, ha impuesto la necesidad de proveerle una sede acorde a la magnitud que han cobrado las actividades expositivas y de extensión. En 1995 se efectuó por fin el traslado del museo a su nueva sede en el Centro
Tulio Febres Cordero, en pleno centro histórico de la ciudad de Mérida.
El 25 de agosto de 1973 se inaugura en Ciudad Bolívar el Museo de Arte Moderno
Jesús Soto, rápidamente constituido en importante puntal de actividad cultural en el sur del país. También en Ciudad Bolívar venía funcionando desde 1972 el Museo Geológico y Minero
Juan Baptista Gómez, único en su especie en Venezuela.
El 20 de febrero de 1974 se inaugura el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, que habría de alojar obras maestras nacionales e internacionales creadas a partir de la Segunda Guerra Mundial, las primeras cincuenta de las cuales habían sido ya en 1973 cedidas en comodato por el Centro
Simón Bolívar. Desde entonces, este museo se ha planteado como política el enriquecimiento continuo de su patrimonio, en el que figuran piezas representativas de las más destacadas personalidades y movimientos del arte de nuestros tiempos.
El Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, a partir de 1977 se proyecta en otros lugares de la capital a través de dos salas de extensión: la Sala CADAFE, ubicada en el edificio principal de la empresa nacional de energía eléctrica, y la Sala IPOSTEL, emplazada en el edificio sede del Instituto Postal Telegráfico, en San Martín. También se adscribe a esta institución museística el Museo de Arte de Coro, inaugurado en noviembre de 1988 en una casa del siglo XVIII, llamada el "Balcón de Bolívar", situada en pleno casco colonial.
El 5 de marzo de 1974 se crea una Fundación destinada a desarrollar lo que habría de ser el Museo de los Niños. Ese organismo, cuyo objetivo esencial es comunicar al público infantil conceptos complejos relacionados con las ciencias y la técnica, mediante estrategias novedosas de educación participativa, despliega sus recursos en cuatro áreas fundamentales: Física, Biología, Comunicación y Ecología. El Museo de los Niños, experiencia sin precedentes en América Latina, procura constituir un gran laboratorio en donde se activen, apoyen, estimulen, refuercen y amplíen los conocimientos que reciben los niños en el hogar o la escuela.
En noviembre de 1976 se inaugura la Galería de Arte Nacional, órgano surgido a instancias del antiguo Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes (antecesor del actual Consejo Nacional de la Cultura), con el propósito de difundir, preservar, investigar y fomentar las artes plásticas venezolanas de todos los tiempos. Su colección abarca desde la producción de sociedades aborígenes pre-hispánicas hasta la obra de jóvenes artistas. Entre sus más relevantes funciones, la Galería de Arte Nacional presta apoyo a otros entes museísticos a través de la organización y conducción de cursos y pasantías, y recopila sistemáticamente documentación escrita, gráfica, fotográfica, oral y audiovisual, referida a las artes plásticas venezolanas, a través del Centro de Información Nacional de las Artes Plásticas (CINAP). Igualmente, desarrolla un importante programa editorial destinado a divulgar información relativa al quehacer artístico de Venezuela.
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MACZUL |
El 26 de septiembre de 1990 se inaugura el Museo de Arte Contemporáneo del Zulia con el fin de atender lo concerniente al arte contemporáneo en la región occidental del país. Adscrito a la Universidad del Zulia, es el depositario de la mayor parte del patrimonio artístico de este centro de estudios, que comprende obras de artistas zulianos y de otras regiones de la República.
Las instituciones aquí citadas han sido en Venezuela pioneras de la actividad museística, a la que han venido sumándose progresivamente numerosos entes del Área Metropolitana y del interior del país, incorporándose sobre todo dependencias de los concejos municipales y de las gobernaciones estatales, como por ejemplo, el Museo Jacobo Borges, ubicado en el Parque del Oeste Jóvito Villalba , en Caracas, cuya inauguración se efectuó en julio de 1995, con motivo de los festejos del aniversario de Caracas. Muchos y no pequeños obstáculos han debido confrontar los museos venezolanos en su devenir histórico, destacándose entre ellos la insuficiencia presupuestaria, las deficientes condiciones de conservación a las que fueron sometidas las colecciones en etapas precedentes, la inadecuación de los espacios, en su mayoría diseñados para funciones que ninguna relación guardaban con la actividad museológica, y la escasez de personal capacitado. Contra todos estos escollos ha tenido que luchar la incipiente museología nacional, sin que ello haya impedido cosechar éxitos que redundan en beneficio de todos.
Cada día aumenta el número de quienes concurren a los museos en nuestro país. Con creciente interés, diversos planteles educativos se han aproximado a estas instituciones, espontáneamente o como parte de los programas desarrollados en los museos con el objeto de promover y difundir su acción didáctica, lo que ha de repercutir en el incremento del público. Esta progresiva afluencia posibilita un eficaz cumplimiento de las misiones de los centros museísticos: preservar, divulgar, entretener y educar al público.
El panorama es favorable. Al crecimiento cuantitativo en el rubro de los museos y colecciones debe sumarse el hecho de que a partir de 1989 comenzasen a convertirse muchos de esos museos en Fundaciones de Estado, figura jurídica mediante la cual entes hasta entonces oficiales, que dependían de manera total y exclusiva del Estado para su funcionamiento, podrán ahora gestionar el apoyo financiero y material del sector privado, gerenciando sus proyectos con mayor autonomía. Este mecanismo no sólo ha de incidir favorablemente en la calidad de los proyectos, al contribuir a paliar los inconvenientes derivados de las limitaciones presupuestarías, sino que también promoverá la positiva inserción del museo en la comunidad, al involucrar en sus numerosos programas a diversos sectores de la colectividad.